Por Alison García
Psicóloga Clínica
El proceso de reconstrucción tiene que ver con el amor propio, pues se vuelve tedioso, ya que se forma de desbalances en tu vida y con ello se tienen caídas dentro del proceso, pues es una dinámica que debilita emocionalmente tu proceso. Por tanto, el mayor grado depende de las características de cada persona, esto no quiere decir que cada reconstrucción emocional tenga una duración determinada, por lo que puede ser larga o corta, dependiendo de la situación y de la persona que la vivió. Al estar en este proceso se entiende que se trabaja desde cimientos; mismos que han ido evolucionando a medida que cada uno va evolucionando, esto quiere decir que cada persona que está en la situación va a trabajar a partir de lo que ha querido adoptar en su persona, incluyendo ideas, ideales, emociones, e incluso personalidades, puesto que para reconstruirse es crucial partir desde lo que fuimos y necesitamos para cambiar.
Este proceso principalmente viene de mejorar, de hacer limpieza de todo lo malo que nos rodea y que hemos apropiado, y que ha surgido inicialmente por un conflicto con lo que se acostumbraba. La reconstrucción personal implica ponerse de pie cuando te han dado fuerte o cuando crees que ya no tienes las fuerzas o ganas de seguir. Esta reconstrucción implica una reorganización de nuestra mente para darle sentido a la desgracia, aceptarla y seguir adelante con los aprendizajes de este evento. La reconstrucción emocional es el arte de hacer algo por rescatarnos cuando nos sentimos “sin salida”. Así, gestionamos nuestras emociones y encontramos armonía; es decir, en ir transformando o podando todo aquello que nos hacía daño.
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Para otros, puede parecer egoísta, ya que el proceso es principalmente para uno mismo y no para los demás y, aunque el desarrollo personal se puede mejorar en el exterior, el proceso puede volverse abrumador para otros, ya que establecer prioridades no es fácil, algunos días todo se vuelve demasiado difícil y establecer límites es un desafío y un gran obstáculo en el camino es el sentirse solo porque otros no se identifican con tu proceso. Aquí es cuando comienzas a sentir la diferencia, como si hubiera personas en tu círculo de amigos que no encajan, ya lo habías notado, por lo que estas personas no te traen paz en tu vida cotidiana; a partir de este caso, te has dado cuenta de que el amor propio no significa algo materialista o superficial que lo puedas conseguir en una fiesta cuando no quieres estar un día solo en casa y te das cuenta que realmente lo necesitas para avanzar. El reconstruirse viene del amor propio que es demostrarte a ti mismo día con día que vales la pena, que eres una persona valiosa, así como de comprarte le idea que todo está bien y, más que eso, creértela porque, aunque todo eso es muy difícil, los resultados siempre valen la pena.
“No veo la miseria que hay, sino la belleza que aún queda”, Ana Frank.