Por Alison García
Psicóloga Clínica
El afrontamiento evitativo se refiere a evadir los problemas al no pensar en ellos, esperar a que los problemas se resuelvan solos, culpar a los demás por los errores, distraerse de otras actividades para evitar pensar en los problemas, etc. Sé que a veces no podemos controlar nuestras emociones, porque nos repetimos la tormentosa situación y aunque sabemos que fingir que el problema no existe no significa que se haya ido, seguimos haciéndolo porque claro que es más conveniente no continuar con lo que ya hemos tocado, así sea de amistad, amor, trabajo o personal, si no modificamos o nos movilizamos para lograr un cambio, no encontraremos el fin y diremos punto y aparte para nuestro progreso.
Según el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, el trastorno de personalidad por evitación se caracteriza por evadir situaciones o interacciones sociales en las que existe riesgo de rechazo, crítica o humillación. Se caracterizan por una evitación conductual, afectiva y cognitiva. Conductualmente, evitan iniciar o responder a otras personas y evitan toda interacción social. Por otro lado, evitan pensar en cosas que les hacen sentir mal y tratan de distraerse, aunque quien evita un tema no es necesariamente considerado como tal con este tipo de trastorno, podemos identificar lo que envuelve la evitación como tal.
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La evasión o desvinculación ocurre cuando una persona no resuelve un conflicto; simplemente lo evita, lo pospone o simplemente retira su punto de vista. Este enfoque se usa a menudo cuando la incomodidad de la confrontación supera los beneficios de una solución y podemos entender entonces que esto conlleva una falta de afrontamiento que es la incapacidad para hacer frente a los problemas y desarrollo de síntomas psicosomáticos.
Al enfrentar un problema, digamos que nuestro sistema tiene un drenaje emocional significativo, nuestras emociones toman el relevo y muchas veces nos dejamos llevar por el impulso del momento, pero este liberación emocional muchas veces tiene consecuencias: nos arrepentimos de algo que hicimos o dijimos sin pensar porque ya sabemos cómo se siente, entonces lo evitamos y, de la misma manera, dejamos que el problema continúe, simplemente lo ignoramos y seguimos adelante, pero a veces lo que no racionalizamos es que ese problema que una vez acabó, deja de lado lo que nos afecta porque no lo resolvemos.
La liberación emocional es un proceso psicológico en el que una persona acepta sus emociones y todos los procesos físicos y mentales asociados con ellas; sanar involucra muchas cosas y es un proceso de identificar, permitir, aceptar, integrar y procesar experiencias y sentimientos dolorosos. Esto puede incluir empatía, autorregulación, autocompasión, autoaceptación, atención plena e integración. Solo sanando el pasado podrás liberar tu mente, cuerpo, alma y espíritu de las cargas que te impiden vivir una vida normal y a medida que comienza a recuperarse, es posible que se sienta más asustado que antes y que tenga que lidiar con mucho dolor, pero también comienza a desarrollar la capacidad de concentrarse en lo que es importante y su mente ya no divaga en automático.
“El arte es para consolar a aquellos que están rotos por la vida” Vincent Van Gogh.
