Por Alison García
Psicóloga Clínica
Solo para tu estado mental y emocional, los límites están destinados a ponerte primero, aunque suene egoísta, no debes dudar en hacerlos cumplir, no en ese sentido de agresión, pero sí de protección y defensa, a veces no nos lo permitimos, pero lo necesitamos, gracias a que sentimos la obligación de callar y ser pacientes, ante las palabras y acciones, pensando primero en los demás.
Se crea empatía, pero no somos plenamente conscientes de que otras personas pueden pensar que no es necesario que ellos la implementen con nosotros. Nos desviamos un poco cuando se permiten estas situaciones, cuidado aquí, porque permitir no apunta a culparnos a nosotros mismos, sino más bien de cómo nos tratan los demás, porque cada uno tiene que responsabilizarse de sus propios actos; por eso de esta manera me refiero a permitir, en decidir no quedarse a ver cómo es que nuestra falta de implementación de límites da pie a que la situación se siga repitiendo.
Cuando establecemos límites, establecemos fronteras que no queremos que otros crucen; las limitaciones en relación con los demás definen quiénes somos, moldean nuestra personalidad y estipulan cómo existimos ante los demás. Establecer límites no se trata de defender nuestros puntos de vista y opiniones como si fuéramos atacados, tampoco significa que siempre debas decir lo que piensas, independientemente de los sentimientos y pensamientos de otras personas. Específicamente, establecer límites significa dejar que las personas sepan lo que necesitamos, lo que queremos, que puede ser diferente de otras personas.
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A veces ponemos las necesidades de otras personas primero y nos sentimos culpables cuando decimos que no a los deseos de éstas. La culpa nos hace pensar muchos en que “Soy un mal amigo si no hago esto”, “Soy egoísta”, “Creo que soy una mala persona porque no lo ayudé”. Estos pensamientos suelen tener un contenido emocional más fuerte de lo habitual precisamente por este sesgo que se presenta de algo que se insertó como constante. Sin embargo, no es egoísta, ni ser superior a los demás, y mucho menos inferior a los demás. Es más una cuestión de equilibrio en que nos nivelamos para crear armonía sin invadirnos de más.
Un beneficio de establecer límites está relacionado con la confianza en uno mismo. Establecer límites requiere una buena comprensión de uno mismo y de tus necesidades. Implica ser consciente de lo que requieres en cada momento. Establecer límites puede contribuir en gran medida a aumentar su confianza en sí mismo; sólo hablando de ti y diciéndote dónde estar para así fluir a la par con otros.
Sabrás que cuando te sientas mejor, ya no tendrás miedo de mostrarte y finalmente, te vas a librar de esta tensión constante que surge cuando algo o alguien hiere tu vulnerabilidad. Expresarás tus necesidades libremente, independientemente de cómo lo perciban los demás, sin sentirte culpable por no hacer lo que los demás quieren.
NO OLVIDES QUE PONER LÍMITES ES UN ACTO DE AMOR PROPIO. DEJAR EN CLARO LO QUE NO TE GUSTA, LO QUE TE DUELE, LO QUE TE MOLESTA, LO QUE SIENTES, ES UNA HERMOSA Y BONITA FORMA DE CUIDARTE.
