Por Alison García
Psicóloga Clínica
El estrés es una respuesta natural del cuerpo a situaciones desafiantes o amenazantes que nos llevan a un constante estado de preocupación. Sin embargo, cuando el estrés se vuelve crónico o innecesario, puede tener graves repercusiones en la salud y el bienestar de una persona. El estrés innecesario puede surgir de varias fuentes, como preocupaciones excesivas sobre cosas que están fuera de nuestro control que con mayor impacto causan inseguridades de nuestra visión de lo que las cosas deberían ser o la falta de establecimiento de límites saludables en nuestras vidas.
El estrés innecesario puede describirse como una carga emocional o mental que surge de preocupaciones o presiones que son desproporcionadas, autoimpuestas o relacionadas con situaciones sobre las cuales no se tiene control real o que no son fundamentales para el bienestar general. Se experimenta como una tensión adicional que no contribuye de manera significativa a la resolución de problemas o al logro de metas, y puede persistir incluso cuando no hay una amenaza inmediata o real.
El estrés innecesario puede surgir de diversas maneras, como las preocupaciones excesivas sobre el futuro que se sabe que es tan incierto, la comparación constante con los demás y sus logros, la falta de habilidades para manejar el tiempo o la presión para alcanzar estándares poco realistas o que otros esperan de nosotros. Además, las expectativas sociales, laborales y familiares pueden contribuir al estrés innecesario si no se abordan de manera adecuada.
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Identificar si el estrés que experimentas es innecesario puede requerir de que seamos un poco más reflexivos y honestos. Podemos llegar a preguntarnos si ¿La fuente de mi estrés es algo que puedo controlar o cambiar? ¿Estoy preocupado por cosas que están fuera de mi control? ¿El estrés que siento es proporcional a la situación que estoy enfrentando? ¿Estoy poniendo expectativas poco realistas sobre mí mismo o sobre los demás? ¿El estrés que experimento es constante o crónico, incluso en situaciones que no son particularmente desafiantes? Si tus respuestas sugieren que el estrés que estás experimentando es desproporcionado, constante o relacionado con preocupaciones fuera de tu control, es probable que estés lidiando con estrés innecesario.
En estos casos, puede ser útil buscar formas de cambiar tu perspectiva, establecer límites saludables y desarrollar estrategias para manejar el estrés de manera más efectiva.
El estrés puede tener efectos perjudiciales en la salud física y mental. Puede aumentar el riesgo de enfermedades, afectando el sueño y contribuir al desarrollo de trastornos mentales como la ansiedad y la depresión. Además, el estrés innecesario puede afectar negativamente las relaciones interpersonales, el desempeño laboral y la calidad de vida en general.
Para reducir el estrés innecesario, es importante identificar y abordar sus causas del por qué surge. Esto puede implicar aprender técnicas de manejo del estrés, como la respiración profunda, la meditación o el ejercicio regular. Además, establecer límites claros, priorizar tareas y practicar la gratitud y la autocompasión pueden ayudar a cambiar la percepción del estrés y a desarrollar una mentalidad más resiliente.
