Por Alison García
Psicóloga Infantil
*Es el pilar sobre el cual se construyen familias fuertes y sociedades prósperas
Tuve dos madres y ninguna tuvo la oportunidad de saber a santo y seña cómo serlo, una de ellas nos educó como una abuela puede hacerlo y a pesar de que ya no era su papel, pero sé que lo hizo desde el amor que nos tenía y nos tuvo hasta su último aliento. Mi madre como tal tampoco estuvo lista para tan grande responsabilidad, pero ha hecho lo que en manos ha podido manejar y ninguna de ellas la tuvieron fácil, pues no es una tarea sencilla.
La mamá, al paso de los años, ha obtenido un valor amplio y se puede decir que según la cultura la madre es colocada en una posición que es de admirar y claro que el trabajo que conlleva serlo no es fácil, la mamá es el primer contacto con el mundo, tu primer ideal del amor más puro que podemos experimentar estando vivos.
La figura materna es la piedra angular de la sociedad, encarnando amor, sacrificio y sabiduría. Desde el momento en que nacemos, nuestras madres nos guían con su ternura y nos enseñan con su ejemplo.
El amor materno es un vínculo inquebrantable que trasciende barreras y desafíos. Desde el momento de la concepción, la madre nutre, protege y cuida a su hijo con devoción inigualable.
Su amor es un faro de esperanza cuando más nos sentimos en dificultad y un refugio seguro en este mundo tan incierto. A través de sus acciones desinteresadas, la madre modela valores de empatía, compasión y altruismo, sentando las bases para relaciones saludables y una sociedad más cohesionada.
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La maternidad es también un viaje de sacrificio y autosuperación. Las madres renuncian a sus propias necesidades y deseos para satisfacer los de sus hijos. Desde las noches en vela hasta los sacrificios económicos, cada acto de sacrificio es un testimonio del inquebrantable compromiso de una madre con el bienestar de su familia. Su dedicación y abnegación son una inspiración para las generaciones venideras, demostrando el poder transformador del amor incondicional.
Además de ser fuente de amor y sacrificio, la madre es una fuente inagotable de sabiduría y orientación. A través de sus palabras y acciones, transmite valores fundamentales y lecciones de vida que perduran mucho más allá de la infancia.
Su sabiduría es un faro de orientación en momentos de indecisión y una fuente de fortaleza en tiempos de adversidad. Con paciencia y comprensión, la madre moldea el carácter de sus hijos, inculcando valores de integridad, respeto y responsabilidad.
Claro que como parte de ser progenitor tendrá fallas como todo humano sencillamente, la madre es mucho más que una figura de cuidado, pues nadie le enseñó a ser quien sostiene a una pequeña personita. Es el pilar sobre el cual se construyen familias fuertes y sociedades prósperas. Su amor incondicional, sacrificio desinteresado y sabiduría infinita son la esencia misma de la humanidad. En este día de las madres y todos los días, honremos y celebremos el invaluable regalo que es la madre.