- Advertisement -spot_img
- Advertisement -
- Advertisement -spot_img
HomeEmocionesEl mundo sigue girando
- Advertisement -spot_img

El mundo sigue girando

- Advertisement -

Por Alison García

Psicóloga Clínica

*Las estaciones cambian, el sol sigue naciendo y muriendo en el horizonte, sin detenerse un solo segundo por nuestras penas

Cada individuo es como una estrella que brilla con su propia luz, pero también como un grano de arena perdido en el vasto desierto del tiempo. El mundo, inmenso e indiferente, sigue su curso, ajeno a las pequeñas tempestades que agitan nuestros corazones y en nuestras vidas diarias.

Cuando la tormenta nos interviene, nos parece que el mundo debería detenerse, al menos un instante, para que podamos recuperar el aliento, para que nuestras lágrimas encuentren un cauce seguro. Pero el mundo sigue girando, las estaciones cambian, el sol sigue naciendo y muriendo en el horizonte, sin detenerse un solo segundo por nuestras penas.

La vida, en su constante marcha, nos enseña a veces con dureza que no importa cuán profundo sea nuestro dolor o cuán grande nuestra pérdida, el tiempo sigue su curso, imparable. Los pájaros siguen cantando, los ríos siguen fluyendo, y la humanidad sigue con su cotidiana vida de alegrías y tristezas.

Es en esos momentos de soledad y reflexión cuando comprendemos que, aunque el mundo no se detiene, no estamos solos. Somos parte de un entramado de vidas que se entrecruzan, un tejido de existencias que se sostienen unas a otras. Y aunque el mundo siga su curso, hay manos que nos tienden y corazones que nos abrazan.

La resiliencia es nuestra aliada y aprendemos a levantarnos una y otra vez, a caminar, aunque nuestros pasos sean lentos y pesados. Nos damos cuenta de que el mundo, en su indiferencia, también nos ofrece la oportunidad de crecer, de cambiar, de encontrar nuevas fuerzas en nosotros mismos.

Sugerencia: ¿Estoy en un noviazgo o no?

El mundo no se detiene por uno, pero en esa eterna continuidad encontramos el desafío de seguir adelante, de convertir nuestras heridas en cicatrices que cuentan historias de superación, de encontrar en cada amanecer la promesa de un nuevo comienzo.

Así que caminamos, a veces con pasos inseguros, a veces con un firme paso de esperanza, sabiendo que, aunque el mundo siga girando, nuestro viaje es único y valioso. Porque en cada paso que damos, estamos dejando una huella en el camino de la vida, una marca de nuestra presencia en este mundo que no se detiene.

Sentirse insignificante es una emoción natural y común, especialmente en momentos de adversidad o reflexión profunda. Es fácil perderse en la idea de que somos insignificantes, que nuestras luchas y alegrías no son más que una gota en el océano del tiempo. Pero en esa aparente pequeñez yace una verdad profunda: cada gota es esencial para completar el mar, cada estrella, por tenue que sea, añade luz al firmamento. Aunque el mundo siga adelante sin detenerse por nosotros, nuestra existencia tiene un propósito único e irrepetible.

Cuando el sentimiento de insignificancia nos envuelve, es importante recordar que cada uno de nosotros es parte de algo mucho más grande, algo que no podemos ver completamente pero que sentimos profundamente. Nuestras acciones, por pequeñas que parezcan, tienen el poder de tocar otras vidas, de crear ondas que se extienden más allá de nuestra propia percepción.

- Advertisement -
- Advertisement -
Redes sociales
13,200FansLike
Lo más leído
- Advertisement -
- Advertisement -spot_img
- Advertisement -
- Advertisement -
Notas relacionadas
- Advertisement -
- Advertisement -