Por Alison García
Psicóloga Clínica
Los celos, una emoción humana universalmente reconocida, poseen un poder singular sobre las relaciones interpersonales, la autoestima y la salud mental. Los celos tienen sus raíces en la evolución humana, pues surgieron como un mecanismo de defensa para proteger los vínculos sociales y la reproducción dentro del intercambio social. Desde una perspectiva psicológica, los celos pueden ser entendidos como una respuesta emocional a la percepción de amenaza o pérdida de un objeto de apego, ya sea una pareja romántica, un amigo cercano o un familiar.
Los celos pueden manifestarse de diversas formas, desde pensamientos obsesivos hasta comportamientos controladores o agresivos. En las relaciones románticas, los celos pueden generar desconfianza, conflictos y rupturas. En un nivel personal, los celos pueden debilitar o destruir la autoestima, generando sentimientos de inferioridad e inseguridad pues la moción que se tiene de ellos es reflejada totalmente de inseguridades que surgen dinámicamente.
Los celos pueden tener un impacto negativo en las relaciones, ya que pueden generar desconfianza, resentimiento y conflicto. Si no se manejan adecuadamente, los celos pueden socavar la confianza mutua y la intimidad en una relación, lo que puede conducir a problemas más graves e incluso a la ruptura. Sin embargo, con comunicación abierta, confianza mutua y un esfuerzo consciente por abordar y manejar los celos de manera saludable, es posible superar estos desafíos y fortalecer la relación.
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Los celos pueden surgir tanto de manera consciente como inconsciente ya que dependerá de las ocasiones e impulso que permitamos emitir según el escenario en el que nos encontremos y la misma situación. En algunos casos, una persona puede ser plenamente consciente de sentir celos y reconocer los pensamientos y emociones asociados. Sin embargo, en otros casos, los celos pueden manifestarse de manera más sutil o subconsciente, donde la persona puede no ser plenamente consciente de sus sentimientos o motivaciones celosas. Estos celos pueden surgir de inseguridades profundas o patrones de pensamiento arraigados que pueden requerir autoexploración y trabajo emocional para abordar de manera efectiva.
Los celos son una poderosa emoción que puede influir significativamente en la calidad de nuestras relaciones y en nuestro bienestar emocional y si nos son bien usados conllevaran a situaciones autodestructivas. Sin embargo, al comprender su origen y naturaleza, y al adoptar estrategias efectivas para su manejo, podemos moderar su impacto negativo y fomentar relaciones más saludables y satisfactorias para un crecimiento emocional y a su vez social.
Para manejar los celos de manera saludable, es fundamental cultivar la autoconciencia y la comunicación abierta en las relaciones. Reconocer y expresar las propias inseguridades y necesidades puede ayudar a construir la confianza y fortalecer los vínculos emocionales. Además, es importante desarrollar habilidades de afrontamiento y pensamiento racional para contrarrestar los pensamientos irracionales asociados con los celos.
En última instancia, el poder de los celos reside en nuestra capacidad para enfrentarlos con empatía, comprensión y amor propio, construyendo así relaciones basadas en la confianza y el respeto mutuo dando permiso a que las emociones abarquen una perspectiva amable para otros y lo más importante para uno mismo.