Por Alison García
Psicóloga Clínica
La motivación, ese impulso interno que nos lleva a alcanzar nuestras metas y perseguir nuestros sueños, se vuelve una fuerza vital para nuestra vida ya que vemos este empuje como una significativa palmadita de “si se puede”. Sin embargo, a veces nos encontramos en situaciones donde nos sentimos desmotivados inevitablemente, con una falta de energía y entusiasmo para avanzar. Identificar esta falta de motivación es de gran importancia para poder abordarla y recuperar ese impulso hacia lo que nos llena y nos hace disfrutar esta estancia en el planeta.
Uno de los signos más evidentes de la falta de motivación es la disminución del interés en las actividades que antes disfrutábamos. Aquellas pasiones que solían encender nuestra chispa ahora nos parecen tediosas o sin sentido. Este cambio en nuestra actitud hacia las actividades cotidianas puede indicar una pérdida de motivación y el identificar el por que se vuelve complicado ya que implican muchos factores personales, sociales e incluso laborales.
La pérdida de interés puede tener múltiples causas, que van desde el agotamiento emocional y el estrés hasta la falta de conexión emocional con las actividades que realizamos. También puede ser resultado de la falta de desafíos, la rutina monótona o la falta de significado percibido en nuestras acciones. Además, los cambios en nuestras circunstancias personales o externas pueden influir en nuestra motivación e interés.
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Puedes identificar que estás desmotivado si sientes una falta de interés o entusiasmo por actividades que solías hacer por gusto, te resulta difícil concentrarte, experimentas fatiga constante o te sientes apático hacia tus metas y objetivos. Un indicador clave de la falta de motivación es la dificultad para concentrarse. Cuando estamos verdaderamente motivados, encontramos la claridad mental y la capacidad de enfocarnos en nuestras tareas. Por otro lado, cuando la motivación disminuye, nuestra mente divaga fácilmente y nos resulta difícil mantener la atención en una sola cosa.
Cuando nos sentimos desmotivados, incluso las tareas más simples pueden parecer abrumadoras y agotadoras. Esta sensación de cansancio persistente puede dificultar aún más nuestra capacidad para encontrar la motivación para seguir adelante. Además, la apatía hacia nuestras metas y objetivos es otro indicador clave de la falta de motivación. Cuando nos sentimos desmotivados, es fácil caer en la complacencia y perder de vista nuestras aspiraciones. Nos conformamos con la mediocridad en lugar de esforzarnos por alcanzar nuestro potencial máximo.
Para abordar la falta de motivación, es importante reconocer estos signos y tomar medidas para contrarrestarlos. Esto puede implicar identificar las causas internas de nuestra falta de motivación, ya sea el agotamiento, el estrés o la falta de claridad en nuestras metas. A través de la autoreflexión y el autocuidado, podemos empezar a recuperar nuestra pasión y entusiasmo por la vida lo que implicara un cambio positivo dentro de lo que quizá pudo ser rutinario para nosotros dentro de todo lo común que sentimos nuestros días.
“Alguien dijo: No temas empezar de nuevo. No empezaras de cero, esta vez vas a empezar desde la experiencia.”
