- Advertisement -spot_img
- Advertisement -
- Advertisement -spot_imgspot_img
HomeEmociones¿Cuántas veces nos tienen que lastimar emocionalmente para irnos?
- Advertisement -spot_img

¿Cuántas veces nos tienen que lastimar emocionalmente para irnos?

- Advertisement -

Por Alison García
Psicóloga Clínica

No hay una cifra exacta o al menos eso espero. No hay una lista donde marcas palitos y cuando llegas a diez decides irte. No funciona así. Porque no somos máquinas. Porque sentimos, amamos, perdonamos. Y, a veces, demasiado diría yo.

Al principio, justificamos pues la empatía nos rebasa. “Tuvo un mal día.” “No lo dijo en serio.” “Seguro no se dio cuenta.” Y así vamos cediendo espacio, tolerando lo que duele, barriendo el dolor debajo de la alfombra del corazón. Lo hacemos por amor, por esperanza, por esa idea de que todo puede mejorar si solo aguantamos un poco más.

Y es que cuando amas, crees que el amor lo puede todo o eso nos hicieron creer al menos. Que, si tú das suficiente, el otro va a entender, va a cambiar, va a cuidar de ti como tú cuidas de él, ¿será que somos algo ingenuos? Pero el amor no debería doler tanto. No debería dejarte vacío, ni hacerte sentir que estás mendigando migajas de afecto. No debería hacerte cuestionar tu valor cada vez que algo se rompe, cada vez que hay un conflicto.

Entonces empiezan los silencios. Los que gritan más que cualquier palabra. Empiezan las dudas, la ansiedad, esa sensación constante de estar caminando sobre cristales. Y te preguntas: “¿Estoy exagerando?” Pero no, no lo estás haciendo es solo que esperamos siempre más de lo que nos quieren dar y claro que suena exagerado por que en algún momento estuvimos en la misma situación y nos hicieron sentir de esa forma por eso es que al estar en un escenario se siente familiar y revive en nosotros estas sensaciones de alarma. Tu corazón lo sabe. Solo que a veces la mente tarda más en aceptar lo que el alma ya entendió.

Sugerimos: El amor no es mendigar…

Nos quedamos muchas veces por miedo. Miedo a estar solos, a empezar de nuevo, a equivocarnos. Pero también, y más profundamente, por miedo a aceptar que esa persona no nos ama como merecemos. Porque eso duele. Porque aceptar eso es como ver cómo un sueño que cuidaste con ternura se rompe entre tus manos la ilusión de un cuento de hadas se cae y estamos otra vez en esa realidad tan conflictiva, tan rígida y tan hiriente, pero clara.

Hasta que un día, sin drama, sin lágrimas, algo dentro de ti cambia. Ya no gritas, ya no suplicas, ya no esperas. Solo te vas. No porque ya no ames, sino porque al fin te amas más a ti y ya no quieres que te pesa más y más todo eso que exigiste, que rogaste porque una vez entendieran que te lastimaba, y que le diste toda tu esperanza a que se volviera lo ideal para ti.

Y entonces entiendes que no se trata de contar cuántas veces te lastimaron, ni que hay un número exacto para dar más oportunidades. Se trata de cuántas veces estuviste dispuesto a quedarte… hasta que por fin decidiste elegirte.

- Advertisement -
- Advertisement -
Redes sociales
27,750FansLike
Lo más leído
- Advertisement -spot_img
- Advertisement -spot_img
- Advertisement -
- Advertisement -
Notas relacionadas
- Advertisement -
- Advertisement -