Por Alison García
Psicóloga Clínica
Qué difícil es alejarse de alguien a quien quisiste demasiado, y hasta es un proceso largo porque todo viene directamente de los recuerdos. El desapego es la capacidad que tiene una persona de desengancharse, desvincularse y no aferrarse a algo o alguien que le genera cierta dependencia. Llevar las cosas a tu ritmo es lo más difícil de este proceso, porque las condiciones nunca son las mismas, claro que puede haber coincidencia de opiniones, pero la experiencia de cada individuo en los oídos y los ojos es única, única en el sentido de cierto desapego; el hablar de la búsqueda de este desenganche emocional se refiere a que debió existir una relación, no se refiere necesariamente a relación de “pareja”, si no que el desapego se presenta desde el distanciamiento con otro, ya sea de amistad, familiar e incluso de trabajo. Hay que saber que esto no se puede evitar y no está mal crear una codependencia, ya que siempre viene de cómo nos criaron, de nuestras creencias y experiencias, si bien recodando que somos experiencias positivas y negativas; y eso es totalmente válido. A veces no se nos dice que en esta dinámica necesitamos afligirnos y dejar ir muchas cosas que se han convertido en parte de nosotros y de nuestra vida cotidiana; lo que resulta complicado es no aferrarnos, no aferrarnos a alguien o algo que sentíamos ahí para nosotros, el tener la disposición de no anclarnos a eso nos permitirá estar abiertos a nuevas situaciones a futuro.
El cambio que proviene de esta separación es simplemente sumergirnos en una monotonía que puede hacer que pierdas el control de tus emociones; muchas veces ponemos nuestra propia satisfacción y bienestar en la responsabilidad de los demás, si seguimos poniendo en los demás lo que realmente necesitamos trabajar solos, entonces nada nos resultará suficiente y, por lo tanto, nadie será suficiente, seguir responsabilizando a los demás es ponernos a nosotros mismos una situación fuera de nuestro control, pues no tenemos control sobre las personas o su comportamiento. Para nuestro beneficio propio y personal, necesitamos controlar adecuadamente nuestras emociones, tú controlas qué carga tienen en ti la acciones de otros, mas no lo que ellos quieran aportar.
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Aunque suene egoísta, francamente, la separación entre “ponerse primero” y luego hacer esos cambios obviamente da miedo, y puedes decir que no a lo que trae el proceso, pero es importante entender que todo es cambio y al aferrarse a lo que era solamente posterga nuevas etapas, es decir, indica que como te visualizas a futuro será más lejano para ti. Tienes que soltar lo que no quiere estar, tienes que soltar lo que no te aporta, tienes que soltar a las personas que solo te lastiman y tienes que soltar las experiencias que vine con ello; agradece lo que puedas rescatar y los recuerdos que te cambian el pensamiento.
“Si no aprendemos a soltar, si no dejamos ir, si el apego puede más que nosotros y nos quedamos ahí atados, pegados a esos sueños, fantasías e ilusiones, el dolor crecerá sin parar y nuestra tristeza será la compañera de ruta.” (Jorge Bucay)