Por Alison García
Aunque el tema haya estado buen rato en mi cabeza, no había querido hablar de él, pues no sé qué tan bien o mal suene este tipo de etiquetas, en una “no relación”, sin embargo, me he percatado que algunos desconocen el tema, pero en su mayoría, la sociedad está al tanto de esto.
Por otra parte, esta etiqueta es un tanto compleja y sé que existen varios conceptos, que, al pensar sobre el tema, me pregunté ¿Cuáles era esos conceptos, desde distintas bocas, vivencias y perspectivas?
Por lo que proseguí a preguntar a unas amistades y recibí los siguientes comentarios:
• Una pareja con responsabilidades de novios, antes de ser novios, alguien que ya asumió el compromiso.
• Alguien con quién ya salía e íbamos viendo qué show, pero al final no se formalizó nada de nada.
• Pues un chico con el que sales, platicas, te diviertes y te besas, pero obvio, aún no son novios
Y entre un poco de controversia me atrevo a decir que, desde de estas líneas de opiniones acerca del tema, el factor común entre estas descripciones, es: que no que no haya algo concreto.
Y aunque en el navegador, al teclearlo, arroja algo muy como: “Los ‘casi algo’ son relaciones en las que no hay certezas que se viven desde la ambigüedad, pero en las que también existe una conexión profunda, abrirnos y exponer lo que queremos nos pone vulnerables porque nos enfrentamos a probables rechazos o decepciones”.
Este concepto empatizó un tanto con mi idea, pero creo que se utilizaron palabras muy estructuradas, pues creo, sinceramente, que al hablar de esto nos referimos a una relación, porque sí lo es, sin embargo, es una donde no se tiene el respeto, no se tiene una formalidad, ni compromiso, claro que hablando un poco desde mis vivencias en el tema.
Sugerimos: Complejos
¿Por qué? Porque ser un “casi algo” significa tener los privilegios de una relación amorosa, novio y novia, pero no el derecho a reclamar, prácticamente evitando la parte a la que todos le huimos en esta dinámica, “peleas”.
Abordando otro punto crítico es que, aunque entremos en este escenario, no puedo dejar de evitar pensar en los sesgos que tiene esta dinámica del “no compromisos” en esta relación de casi algo, ya que esto se vuelve también un reto muy grande, porque es difícil discernir en lo que es real y lo que ha sido idealizado, pues existe algo que se llama la perseverancia de las creencias, entonces, la idea de una persona a veces pesa más, que la persona que en realidad está parada frente a nosotros, y descifrar de quién se está enamorado o enamorada se vuelve caótico, ya que es cuestionable el simpatizar si la atracción es con quien realmente es esa persona o la idealización creada por ti a partir de la creencia de quien es, así te das cuenta que al tener tantas limitaciones en esto no se creó la oportunidad de decepcionarte o fallarte, no le conociste esa parte “mala”, y tu mente se encargó que lo poco bueno que conociste lo significaste ampliamente.
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños. No te dejes vencer por el desaliento, no permitas que nadie te quite el derecho de expresarte, que es casi un deber. No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías si pueden cambiar el mundo. Pase lo que pase nuestra esencia está intacta. Somos seres llenos de pasión. La vida es desierto y oasis. Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa: tú puedes aportar una estrofa. No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre…
-Walt Whitman
