Por Alison García
Psicóloga Clínica
Por ofensivo que suene, sí, ser mujer es complicado y sin minimizar al sexo opuesto que, claro, ellos también tienen sus grandes complicaciones, pero hablo por mí y por otras mujeres que también entienden mi punto, ya que se viene de una gran línea de mujeres fuertes, trabajadoras y “luchonas” gracias a quienes disfrutamos hoy de oportunidades que muchos otros nunca creyeron posibles. Vaya que es de enfatizar que, si bien la experiencia de cada mujer es diferente y todo tiene su propio tipo de aleatoriedad, poder compartir esas experiencias entre sí es valioso, desde un millón de consejos sobre el cuerpo y la belleza hasta un empático “yo te entiendo”.
En todo el mundo, los hombres y las mujeres no tienen los mismos derechos ni las mismas responsabilidades, porque se crean expectativas de lo que “debe” ser una mujer según el siglo, pero lo que se sigue manteniendo, así evolucionemos, es a la mujer que concina y lava, a la mujer que debe darse a respetar, ¿Por qué mejor no simplemente me respetas sin que tenga que darte una razón? ¿Por qué no simplemente te concinas y te lavas tú? Aunque sabemos que no debemos esforzarnos demasiado por encajar, lo seguimos haciendo porque descubrimos la enorme doble moral que existe en todos los temas estrictamente tabú de la diferencia de género; si, luchamos porque todo sea justo, por la igualdad, pero como humanos somos diferentes, eso lo dice la fisiología misma, tenemos que entender que aunque hay demasiadas reglas sobre lo que debe representar cada género, ni el rosa es mío, ni el azul es tuyo, pero somos humanos, y los humanos sentimos e interiorizamos lo que de boca de otros sale.
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Porque desde pequeñas nos meten en la cabeza (muchas veces con intención de protegernos) que la intimidad es algo que hay que guardar y dar, como si fuera una joya, por eso es que hay muchas mujeres reprimidas sexualmente, y cuando una mujer habla tan abiertamente de esto, se atacan. Y si hablamos desde lo físico, me parece super innecesario que solo las mujeres experimenten ciertas cosas como son la menstruación y el embarazo, que si bien es algo de lo cual podemos renegar de vez en cuando, también se aplaude.
Hoy, las mujeres son modelos de entrega, fuerza, inteligencia y responsabilidad, lo que se refleja en su capacidad para superar las adversidades que les impone esta sociedad tan desigual. Pero contradictorio, porque a nosotras también nos etiquetan como sentimentales, y las que lloramos 24/7, sin embargo, los hombres también lo hacen, pero no se habla de eso. Sin más como todo, ser mujer tiene su propio sentido objetivo y se celebra porque para dar lugar a esto, los hombres tienen mucho que ver, porque, así como hay agresores irrespetuosos, hay quienes dicen “yo me pongo en tus zapatos”, son más importantes nuestras desventajas y a lo que estamos expuestos en la calle, en el trabajo, en nuestro entorno personal y hogareño; porque son las cosas que muchas callan y deciden no movilizarse por lo que pudiera pasar.
“Dime otra vez cómo es que piensas que Dios va a juzgar a otros por quienes amen y no juzgarte a ti por odiar a alguien que ni siquiera conoces”. Sophia Burset