Por Alison García
Psicóloga Clínica
Le intentaremos poner un curita a todo, pero es no quiere decir que pronto todo tenga que desbordarse y volveremos a querer construir desde el fracaso nuevamente. Hay una idea popular y un mal consejo que nos dice que el tiempo lo cura todo. Debemos ser claros: unos pocos días no pueden ayudar, aliviar, olvidar, ni solucionar nada. Es lo que hacemos nosotros mismos durante ese tiempo lo que genera cambios en nuestro enfoque mental.
El tiempo no cura nada, lo curas con un proceso claro, ¿y si el mismo proceso lleva tiempo? Por supuesto que lo lleva, pero no depende de cuánto tiempo tarde en sanar, si no de lo que harás para lograr ese objetivo. Y tienes que saber que muchas veces en este proceso de cambio habrá gente que juzgue la dinámica porque tú pones límites y a veces egoístamente tienes que cuidar de ti mismo. Las manos del tiempo rara vez curan las heridas emocionales. La verdadera terapia requiere compromiso y la capacidad de gestionar las emociones, provocar cambios y transformarse a través de nuevos hábitos y planes mentales.
La sanación es un proceso lento de cambio, progreso y fracaso. En el campo de la Psicología es muy diferente a campos más estructurados, aquí no se ven análisis o algo palpable proveniente de la mente. El dolor emocional causado por la depresión no es visible ni tangible; por lo tanto, tal “curación” requiere un tiempo diferente y diferentes tipos de observación. Sin embargo, es impactante ver a un subconjunto de personas seguir con su vida diaria con el espíritu destrozado, las esperanzas destrozadas, la autoestima destrozada y la motivación destrozada.
Sugerimos: Un adiós más amable
Debido a que el dolor mental es invisible, rara vez muestra indicadores observables bajo un microscopio o en pruebas comparativas. El dolor emocional distorsiona nuestra visión de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. Todo se vuelve más difícil, perdemos nuestro potencial humano e incluso la calidad de nuestras relaciones se resiente.
Hasta cierto punto, todos tenemos problemas sin resolver como miedos, inseguridades, fobias, pensamientos excesivos, enojos, decepciones no resueltas; son lesiones menores en nuestros músculos mentales que sin duda, requieren más atención y autocuidado. Todo paciente debe comprender que no existen atajos para lograr el éxito instantáneo cuando se trata de afecciones como la ansiedad, la depresión o los trastornos alimentarios, ojalá la solución fuera tan inmediata como es que el fenómeno apareció de formas tan repentinas como nos tomo con sorpresa.
A veces todo parece mejorar, pero el dolor vuelve. El proceso de curación requiere tiempo y autocompasión. Permítete llorar, recordar y recordar a tu propio ritmo. No seas demasiado crítico contigo mismo, solo con cómo te sientes. La curación requiere aprender a amarse y ser amable consigo mismo, especialmente en los días oscuros. Acepta tu vulnerabilidad, es parte de tu viaje. Recuerda que estás haciendo lo mejor que puedes, ten paciencia y da un paso adelante. Incluso en tiempos difíciles, volverás a brillar y a encontrar la paz.
