Por Alison García
El síndrome del impostor es la inseguridad asociada con la consecución de un trabajo, alguien puede sentirse como una persona falsa porque cree que no merece el trabajo. En la mayoría de los casos, este fenómeno ocurre cuando una persona se siente estancada y ha avanzado en su carrera, por lo que comienza a dudar de sus habilidades y capacidades para realizar tareas familiares, razón por la cual se encuentra muy deprimida.
Los pensamientos negativos pueden conducir a la depresión en su desempeño mental, laboral y físico, cuando el cuerpo comienza a ofender esos prejuicios mentales que rondan mil veces la mente es cuando entonces más el sistema lo resiente totalmente.
Las personas tienen esta inseguridad por una variedad de razones, como es la baja autoestima, la infancia fue objeto de innumerables críticas y a veces estas mismas se impregnan tanto en la mente que siguen causando inseguridades al paso que se desarrolla la persona en distintos ambientes. Poseer un expediente académico que no sea sobresaliente en comparación con otros, es un ejemplo que se pudiera volver consecutivo claro en otros escenarios como pueda darse este factor de comparación con otras personas. El hecho de que seas una persona muy insegura, especialmente por lo que has vivido en el pasado, ha hecho que adoptes esta actitud y seguir tan abrazado a este tipo de ideas permite el autosabotaje.
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También puede aumentar sus niveles de estrés y afectar su productividad, ya que a menudo dudan o trabajan demasiado para demostrar que su éxito se debe al trabajo duro y no al talento. Lo más normal es que con el tiempo tus sentimientos desaparezcan, pero si no, reconoce las normas que te aplican y reacciona cada vez que surja un problema, cambia tu guion interno y la situación estresante.
Este tipo de concepto hace que la persona vaya sintiéndose fuera de lugar, viven una vida vigilante por temor a que alguien los encuentre culpables de hacer trampa y, como resultado, se sienten culpables y se ven a sí mismos como tramposos. Con tanto estrés, las inseguridades de estas personas dominan y por ende comienzan a sufrir ansiedad, depresión y tristeza, así como trastornos del estado de ánimo que afectan su desempeño laboral, escolar o profesional.
Los tipos de personalidad y la propia percepción del éxito, el fracaso y la competencia también pueden contribuir a este fenómeno psicológico y si esto genera problemas a nivel interpersonal, académico o laboral, la víctima debe buscar apoyo psicológico en la que le ayuden a identificar este tipo de falsas creencias para que no le afecten emocionalmente el comportamiento y así modificar el pensamiento que tiene acerca de su rendimiento laboral.
“No ganaré siempre, pero sí seré fiel a mí mismo. No siempre tendré éxito, pero sí viviré según mis convicciones”. — Abraham Lincoln
