En 1999 experimenté mi primer proceso electoral en San Juan del Río, eran precampañas y en aquel entonces recuerdo la visita a la tierra de palomas del precandidato del PRI a la Presidencia de México, Roberto Madrazo Pintado, quien no logró la candidatura, la cual después encabezó, Francisco Labastida Ochoa.
También tuve oportunidad de asistir al mitin del entonces precandidato del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, quien luego sería el candidato de dicho partido. No recuerdo si en ese periodo el candidato del PAN y posterior presidente de México, Vicente Fox Quesada, pisó el municipio sanjuanense, pero sí recuerdo que en esa época los colores estaban bien definidos, no había mezcla de tonalidades: el rojo era rojo; el azul, azul y el amarillo, por su puesto, era amarillo…
Precisamente, la confusión empezó, creo, cuando el amarillo se mezcló con el azul, porque eran agua y aceite, por lo que resultaba impensable que pudieran revolverse. A partir de ahí, en cada proceso electoral la mezcla era cada vez más incierta, ni el mejor pintor lograría las tonalidades que hoy podemos observar en política, pues hemos llegado al punto, en el que el rojo se mezcló con el azul, lo cual parecía imposible para los militantes y simpatizantes que se identificaban con estos colores, pero sucedió en contra de su voluntad y después de años de confrontación, incluso Andrés Manuel López Obrador lo predijo, lo decretó o, quizá, ya lo sabía, porque recordemos que él un tiempo vistió de rojo y otro tiempo de amarillo, luego, la mezcla de esos dos colores le dieron guinda, rompiendo las leyes de la colorimetría, las cuales señalan que esa composición debería dar naranja, aunque este color “fosfo, fosfo”, últimamente está muy cercano al guinda, a pesar que en un tiempo era muy compa del azul. En fin, hay confusión en las y los mexicanos, quienes después de décadas de un solo partido en el poder, ya se empezaban a acostumbrar a las ideológicas partidistas de centro, derecha e izquierda, ahora resulta que la izquierda actúa como derecha, la derecha como izquierda y el centro ya ni existe… Por fortuna, los menores de edad no votan, pues ellos están todavía más confundidos, lo cual pude percibir en un evento bicolor en el que escuché que un niño de menos de 10 años preguntaba a su papá (quien portaba camiseta roja en apoyo a su candidato) ¿Papá, a poco se unió el PRI con el PAN? Con una ligera sonrisa, que denotaba vergüenza, el papá dijo “sí”, y seguramente esta vergüenza proviene de todas las veces que, con seguridad, este señor despotricó contra el partido azul frente a su hijo, pequeño quien con la respuesta que le dio su progenitor hizo una expresión de incredulidad y asombro, expresión que yo tuve desde esa primera mezcla que predijera en 1991 la cantante, Thalía, con su canción “Amarillo azul”, dígase de paso que el azul absorbió al amarillo, el cual ahora es muy tenue, casi imperceptible… Así, con este contexto, aterricemos en las campañas electorales de este 2024 en San Juan del Río, donde el amarillo ni figuró, bueno, sí, pero poquito; mientras que el naranja tuvo candidaturas con pasado azul y rojo, así como con marcado presente guinda. Y, como el verde es vida, este color fue consistente en mantener la postura de adherirse a quien le pudiera garantizar la sobrevivencia (incluso sacrificando a sus más “fieles” soldados que también tuvieron pasado con diferente tonalidad naranja, pero que al final eran bien azules), por lo que al igual que los rojillos con toques de amarillo, el verde se subió a la ola guinda, a la cual también se subieron candidatos con pasado color turquesa, azul y rojo; sorpresivamente, otro “exturqueso” también se coló al azul, ante el descontento de muchos… Se me estaba pasando el rosa, color que también hubo en el estado de Querétaro, pero caminó solo en San Juan del Río, teniendo candidaturas con pasado amarillo, guinda y violeta… Puedo decir con certeza, que lo más deprimente fue ver mezclarse a candidaturas azules y rojas que por años se dieron hasta con la cubeta, esta vez ¿A quién le iban a echar la culpa de los malos gobiernos de San Juan del Río? Con esta mezcla, el 90 por ciento de su recurrente discurso de campaña electoral se les cayó, les faltó tantita dignidad, yo pienso, pero dirían los abuelos “y cosas peores verán nuestros ojos” … ¡Para colmo! Como cada tres años, fueron prácticamente los mismos actores políticos, la mayoría sólo se aparece en campaña y esta vez, con total descaro, algunos modelaron camisetas de diferente color, de ahí que la ciudadanía opine, con sobrada razón y enojo, que las campañas electorales son “puro circo”.
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P.D. Les comparto dos fotos que tomé en 1999 con mi camarita análoga de la marca Minolta.
