Por Monsetrrat García
Existe una tendencia generalizada de culpar a la víctima, porque alguien debe tener la culpa de los problemas que pasan, en el pasado la culpa de todo la tenía el Gobierno, el cual nunca ha sido la víctima, pero en últimos años hay gobernantes que se atreven a culpar al pueblo de los grandes males de la sociedad, uno de esos grandes males son las adicciones que atacan sobre todo a la juventud. Es aberrante escuchar que gobernantes se atrevan a preguntar dónde están los padres o tutores de estos jóvenes, adolescentes, niños o niñas que caen en lo que popularmente se conoce como “el mundo de las drogas”, y se entiende que desde su entorno de “privilegio” (Palabra de moda de la actual generación de jóvenes, pero ya existía, sólo quiero sonar actual) un político no sepa dónde se encuentran esos papás o tutores cuando sus hijos o hijas se están drogando. Ilustrémoslos. Hablemos de las llamadas clases sociales media y baja ¿Dónde están estos papás o tutores? Seguramente trabajando en uno o dos empleos o, quizá, cubriendo turnos dobles para tratar de sobrevivir en un México, donde para tener una vida con lo necesario y pequeños o escasos lujos, se requiere de más de un empleo o invertir la mayor parte del tiempo en realizar alguna actividad remunerada, porque sí, aunque no lo crean políticos, gracias a ustedes México aún es un país tercermundista, a pesar de sus recursos naturales, de tener como principal socio comercial a Estados Unidos, de tener una población sumamente chambeadora e ingeniosa que resuelve problemas sin generar gastos extras, porque “el show tiene que continuar” y “aquí nada se acaba hasta que se acaba”. Entonces, en cualquier lugar de México existen padres o madres solteras con más de un hijo o hija que tienen que resolver y “llevar la papa a la casa, como sea”; así como tíos, tías o abuelitos y abuelitas que, por alguna razón, cualquiera que sea, les tocó hacerse cargo de los sobrinos, sobrinas, nietos o nietas, y “a chingarle, no hay más, porque aquí nadie se raja”. Mientras estos padres, madres o tutores están buscando la papa para estos niños, niñas, adolescentes y jóvenes, lamentablemente éstos últimos pasan mucho tiempo solos y solas, convirtiéndose en una población vulnerable a caer en situaciones de riesgo, y entonces, yo preguntaría ¿Dónde estás tú, gobernante, por qué no están previniendo que la juventud caiga en situaciones de riesgo, si se te está pagando, y bien, para protegerlos? Ah sí, estás con tu familia, en un fraccionamiento cerrado, con vigilancia y seguridad privada, para que las drogas no lleguen a tus hijos o hijas, pero ¿Qué crees? Las drogas también llegan ahí, aunque no te has dado cuenta, pero lo sabes, porque seguro cuando tú eras joven llegaron a ti, sin embargo, no necesitaste robar ropa de tendederos, tanques de gas, cables o focos para drogarte, porque tenías recursos para seguir adquiriendo las substancias tóxicas ilegales. Así que padres o tutores de jóvenes adictos, ustedes son las víctimas de los malos gobiernos que, no sólo han sido promotores de la venta de drogas, se han beneficiado de esta circunstancia, por lo que cuando un gobernante les pregunte ¿Dónde estabas cuando tu hijo o hija se drogaba? Contesten “trabajando y pagando mis impuestos” y cuestionen “¿Tú qué estás haciendo para que las drogas no lleguen a mis hijos o hijas?” Porque, no lo duden, ése es el trabajo de un gobierno.
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