Por Alison García
Psicóloga Clínica
Como humanos necesitamos socializar, es un factor decisivo para el sano e integrado desarrollo de nuestra nueva sociedad. Sin embargo, existen diversas limitaciones que dificultan la formación de vínculos afectivos tanto en la familia como en la sociedad, pues desde el momento de la concepción, los niños deben formar vínculos afectivos con las personas importantes en su vida, especialmente los padres o cuidadores porque de ellos depende su supervivencia y bienestar, y por ello nuestra experiencia es crucial en este sentido.
La calidad del vínculo padre-hijo en los primeros años de vida es el aspecto separado que le permite al niño aprender las herramientas para adaptarse y enfrentar las dificultades, sentirse seguro consigo mismo, vivir en armonía con los demás y participar activamente en su vida, ambiente y aprovechar sus oportunidades.
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El hogar es el entorno natural en el que los niños aprenden y se desarrollan, ya que forman ideas sobre sí mismos y el mundo a partir de las experiencias que viven, por lo que padres e hijos necesitan desarrollar relaciones profundas, cercanas y sólidas, así fortalecer tal lazo día a día.
Los niños necesitan personas sensibles que respondan a sus necesidades físicas y emocionales, que actúen de manera coherente, consistente y predecible, con quienes puedan construir relaciones de confianza; crea una estructura para su mundo y les permite darse cuenta de que pueden influir en los adultos del mundo y de quienes los protegen de presiones externas, les brindan un espacio seguro para expresar sus sentimientos y los aceptan incondicionalmente, hay que tener consientes que el concepto de amor y aceptación que se le dan a los hijos de alguna u otra manera este se verá reflejado en sus futuras relaciones, de aquí la importancia de la educación emocional.
Freud decía que el vínculo afectivo es un asunto con el otro. “Esos otros no son solamente figuraciones o representaciones de pulsiones, de objetos parciales, representaciones de cosas o palabras, del sujeto mismo; los otros son irreductibles a lo que ellos representan para un otro” (el subrayado es nuestro).
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Una de las necesidades más importantes en la experiencia humana es el deseo de mantener fuertes lazos afectivos con los demás, pues la creación y mantenimiento de este tipo de factores es lo que nos convierte en personas valiosas, no solo por provenir de nuestro entorno familiar si no de los vínculos que crearemos a futuro con personas externas a ese entorno.
Pero también podemos crear enlaces negativos que nublaran nuestra vista para determinar la línea correcta para esto en el proceso de decisiones. La genética evolutiva nos anima a mantenernos en contacto no solo porque somos una especie social, sino también porque necesitamos una conexión emocional para sobrevivir como parte del ser humano, y porque cosas como la reproducción y la interacción social son de naturaleza muy general.
Además del condicionamiento, también nos pueden afectar algunos problemas psicológicos. Por lo tanto, necesitamos aprender más sobre los vínculos afectivos, porque así podremos determinar si tenemos problemas para formar vínculos afectivos. Si notas problemas en tu relación, lo mejor es buscar ayuda.
