*Destacado narrador que se despeñaba como corrector de estilo en el sello editorial de la Máxima Casa de Estudios de la entidad
Uno de los más importantes escritores radicados en Querétaro, Roberto Cuevas Fernández, quien colaboraba con el Fondo Editorial Universitario de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) falleció este miércoles 11 de enero a la edad de 65 años. Nacido en el 26 de febrero de 1957 en la Ciudad de México, dejó un legado trascendental en la literatura, las artes escénicas y radiofónicas en México. Fue un reconocido impulsor de talleres de escritura creativa y otros dedicados al cine.
La Lic. Diana Rodríguez Sánchez, directora del Fondo Editorial Universitario, resaltó la importancia profesional que Cuevas Fernández tuvo no sólo en su paso por el sello editorial de la UAQ, sino en una carrera literaria que fue pilar en la formación de escritores y poetas queretanos, la cual fue una de sus grandes aportaciones. Es así que, desde hace cuatro años se incorporó al proyecto del Fondo Editorial UAQ como corrector de estilo.
“En Roberto encontramos el perfil idóneo del creador literario con el gran profesor de gramática, por sus conocimientos sobre reglas gramaticales y sobre el uso de la lengua era, además, un hombre con un humor impresionante (…) fue un trabajador sumamente disciplinado con un orden en su trabajo y sumamente dedicado”, señaló la Lic. Rodríguez Sánchez.
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En este sentido, la Directora aseguró que el legado de Roberto Cuevas Fernández está encaminado, por un lado, en su labor como tallerista y la formación de escritores y, por otro, la profesionalización de los correctores de estilo. Por esta razón, señaló que su experiencia abonó de manera trascendental en el desarrollo del Fondo Editorial de esta Casa de Estudios.
Un apasionado de la narrativa, Roberto Cuevas Fernández estuvo dedicado a la difusión del arte y la cultura, las cuales promovió con gran entusiasmo en muchos espacios: como profesor en la Escuela de Escritores de Querétaro, en la Sociedad General de Escritores de México y del Seminario de Creación Literaria del Instituto Queretano para la Cultura y las Artes; como creador en la producción literaria dando origen a publicaciones como “Fantasías”, “Donde se encuentran vidas que vidas parecen (y semejanzas por el estilo)”, “Alrevestiario”, y “Naolinco y Sísifo ama a su roca”, pero también en su incursión en la radio con la producción del programa “La linterna mágica”, en la Universidad Veracruzana.
Esta pasión por las letras lo llevó a obtener, en 1997, el Premio Iberoamericano Chamán- Ciudad de México, así como el Premio Alejandrina a la Creación Artística por su cuento “El sueño de las monedas de Adoración Arcángel” y el poemario “Donde tuvo el amor sus jaulas llenas”, en 2000 y 2004, respectivamente.