Por Axel Illescas Tovar
Antes, aquí su abuelo y muy seguramente el abuelo de éste, cosecharon maíz. Su papá empezó a cosechar rosas en estas mismas tierras, para aprovechar el campo que le heredaron, además sembrar maíz dejó de ser una opción.
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Lleva nombre de flor, Margarita; de apellidos Martínez. Este es, antes que nada, un negocio familiar, el de los Martínez. Toda la familia, hermanos y hermanas, cuñadas, hijos, nietas y hasta los abuelos (que son los patrones), se dedican de lleno a la producción y venta de rosas en la comunidad de El Organal, sobre todo en esta temporada de 10 de Mayo.
El Organal, en el municipio de San Juan del Río, se caracteriza por su producción de rosas a nivel regional, incluso con distribución a otros estados de México. A la comunidad se llega si tomas el camión en la terminal del mercado 5 de Mayo; el transporte público toma la autopista 57 con dirección a Querétaro y se desvía a la derecha en el Hotel La Misión.
¿Cómo siembran las rosas?
Recorremos los invernaderos, Margarita Martínez platica cómo plantan las rosas. Mientras cuenta, saludamos a los recolectores de rosas, quienes ríen y entre ellos se quejan del calor que se siente por estar dentro de estas carpas blancas:
Es un injerto, es como un palito, un vástago; plantan el palito verde espinoso y se deja que se floree la flor que quieras para que puedas injertarla en el tallo. Y así van creciendo y si le echan ganas en un año ya está el vástago para la producción. Por ejemplo, esta cosecha de mayo se preparó desde hace unos dos meses.
Nomás se le cortan las ramas con la flor, se deja el tallo central, ese nunca se corta. De un mismo tallo puede dar seis. Después que cortemos estas seis, pueden seguir creciendo más para otros meses.
Obviamente se le pone abono y fertilizante. Es importante mantener los invernaderos cerrados para protegerlas, a penas granizó y estuvo el aire muy fuerte y mató unas que se les cayó el techo de plástico.
Y para allá están las otras rosas, pero como le digo que llovió, está todo lleno de lodo, no se vaya a manchar.
Invernaderos Martínez
Dentro de una bodega amplia, con dos refrigeradores del tamaño de un cuarto, integrantes de la familia Martínez despachan, preparan los pedidos y limpian las rosas que les trae Margarita.
“Estas clientecitas que agarra Miguel, son bien especiales”, recalca Fabiola, la que a la vista es la que manda a todos. Fabiola señala el trato de dos mujeres que llegaron y mencionaron que “no querían las sobras”, en alusión a que preferían las flores más frescas.
Hoy, 9 de mayo, la gruesa de rosas está a 700 pesos, en este negocio de los Martínez, quienes como decenas de familias de El Organal optan por la producción de flor como sustento. Una gruesa de rosas son doce docenas (144) flores. Medios locales aseguraron que para estas fechas en la comunidad se venderían casi tres millones de rosas.
Una joven con el uniforme de la prepa ayuda en la contabilidad y administración de los pedidos, otros más a cargan las rosas a una camioneta roja. Uno de los jóvenes que carga, hace unos minutos recibió una propina de 400 pesos de parte de un muchacho con camioneta lujosa que vino por rosas rojas.
Llega otra camioneta, se bajan los patrones (el abuelo y la abuela), también un joven con medicinas en una bolsa: “ya ves, por andar mamón diciéndonos que no te molestáramos, ya te enfermaste”, se burla uno de los Martínez.
El mayor de esta familia, pregunta a Fabiola que ese quién es; “un reportero que vino a hacer una nota”, tranquiliza Fabiola, quien al despedir al reportero le regalará flores, agradecerá por visitarlos y se disculpará por no atenderlo bien, pero por las fechas “usted entenderá”.
