*Tras nueve años de suspensión, se retoma una tradición de conexión con la naturaleza y la identidad cultural
Después de nueve años, regresó el ritual ancestral que marca el inicio de la primavera en el cerro de la pirámide del Barrio de la Cruz, gracias a la intervención del gobierno municipal, que gestionó la autorización del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
La familia Domínguez, guardiana de esta tradición, encabezó la ceremonia con el propósito de mantener viva una práctica que honra a los ancestros y su relación con los ciclos naturales. Jorge Domínguez, quien lideró este ritual durante años, dejó un legado que ahora continúan sus descendientes con orgullo.
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En un ambiente de respeto y espiritualidad, alrededor de 100 personas se congregaron junto a la pirámide para formar parte del evento. La ceremonia, que simboliza el renacer de la vida con la llegada de la primavera, permitió a los asistentes fortalecer su vínculo con la naturaleza y reflexionar sobre la importancia de preservar estas costumbres ancestrales.
Este acontecimiento representa un paso significativo para la comunidad, pues no solo tiene un profundo significado espiritual, sino que también refuerza la conexión entre el pasado y el presente. La reanudación de esta práctica es un recordatorio del valor cultural e histórico que debe ser protegido para las futuras generaciones.
Con el equinoccio como marco, la pirámide del Barrio de la Cruz vuelve a ser escenario de un ritual lleno de simbolismo y esperanza, reafirmando su importancia en la identidad cultural de la región.
