- Este proyecto forma parte del Fondo de Proyectos Especiales de Rectoría 2021, orientado al cuidado de la salud
La estudiante de Ingeniería en Nanotecnología, de la Facultad de Ingeniería (FI) de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Ángela Mariana Trejo Domínguez creó un sensor más rápido y eficiente para la detección de la tartrazina (colorante artificial de alimentos y responsable de reacciones alérgicas y trastornos en el comportamiento de niños), financiado por el Fondo de Proyectos Especiales de Rectoría (FOPER) 2021, una iniciativa orientada al cuidado de la salud de los consumidores.
“La tartrazina, también conocida como E102 o Yellow 5, es uno de los colorantes más comunes; es un aditivo de color azo sintético amarillo que lo encontramos principalmente en jugos, refrescos, helados, aderezos, snacks, quesos, maquillaje y medicamentos. Dada la frecuencia de su uso representa un riesgo potencial para la salud humana, ya que puede causar alergias, hiperactividad en niños, urticaria, asma e incluso estudios sugieren que tiene un efecto de carcinogénesis y mutagénesis”, explicó Trejo Domínguez.
El sistema desarrollado consiste en un electrodo preparado con hidróxidos dobles laminares de zinc y aluminio; dado que se trata de un colorante azo en su fórmula química contiene nitrógeno, el cual puede ser detectado por el nanomaterial.
“Es un método de detección simple y de bajo costo, no requiere de alta instrumentación o preparación de la muestra por lo que su uso es viable”, comentó la estudiante.
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En el electrodo se deposita el nanomaterial y se mide en diferentes concentraciones de tartrazina para la caracterización de ésta por medio de técnicas electroquímicas, identificando la detección del colorante gracias a reacciones de óxido-reducción.
La universitaria reiteró que la importancia del proyecto radica en que la Ingesta Diaria Aceptable (IDA) de tartrazina es de 7.5 mg por kilo al día -del peso de la persona- por lo que la dosis utilizada debe controlarse constantemente y explicó que se optó por la orina humana como vía de estudio, ya que es el fluido más común en este tipo de pruebas.
“Elegimos orina porque es una muestra no invasiva y común en estudios, pero si funciona en orina probablemente también pueda funcionar en cualquier otro fluido biológico”, señaló.
Y continuó: “Desarrollar investigación en laboratorio es de lo que más me apasiona, la nanotecnología es como diseñar con legos a una escala muy pequeña para crear una estructura de gran impacto, y quisiera compartir el lema de mi carrera que es “Nano en escala, grande en espíritu”, lo cual me hace sentir orgullosa también el hecho de trabajar en este tipo de fondos -como el FOPER- me brinda alegría y aprendizaje porque se contribuye al desarrollo de innovaciones con impacto social”, concluyó Trejo Domínguez.